Durante
tiempos de crisis, se hace necesario desarrollar estrategias de supervivencia
emocional para enfrentar eficiente y exitosamente la carga emocional que se
acumula (fortaleza ante la adversidad o resilencia, como se llama hoy día).
Sugerimos algunas herramientas prácticas.
La crisis puede ser oportunidad de crecimiento, esto último se denomina
capacidad de asimilación (adaptación), lo que no significa pasividad o
resignación. Por más profunda o angustiosa que sea, bien manejada es excelente
opción de crecimiento y maduración (así haya sufrimiento). Como en el parto,
del dolor surge algo bueno. Cuando se activan las partes maduras y sanas de la
personalidad, es posible enfrentarla adecuadamente, no perder estabilidad
emocional y enriquecerse. La investigación sobre resilencia (fortaleza
emocional) sugiere que ante la adversidad se ponen en práctica siete mecanismos
que promueven fortaleza psíquica:
1) Penetración: Desarrollar la capacidad de entender en forma racional y
despojado de apasionamientos lo que ocurre. Entender que nada es blanco o
negro, que hay matices en todo, esto implica practicar la tolerancia, la
empatía (capacidad de entender al otro o colocarse en su lugar) y el
acercamiento razonado y razonable ante cualquier situación de la vida. Ser
irracional crea más crisis y lleva al caos.
2) Independencia: Desarrollar la capacidad de separarse, tomar distancia
o alejarse transitoriamente, por periodos breves de la situación angustiante o
preocupante. Tomar pausas o descansos que permitan reponer energía emocional.
Implica desconectarse de la angustia y conectarse al placer. Alcohol o drogas
no entran en esta categoría. Loe ejercicios, la meditación, el yoga son
ejemplos.
3) Relaciones afectivas: Activar la relación afectiva con personas
cercanas. Es compartir afectivo libre de tensión o conflicto, no para abundar
en diálogos sobre el conflicto, sino para compartir. Incluye la catarsis
(desahogarse), no aislarse.
4) Iniciativa: En medio de la crisis, utilizar la iniciativa e
imaginación para desarrollar formas distintas, prácticas, novedosas y sanas de
enfrentarla. Hay que desprenderse de viejas maneras de enfrentarla, superar
prejuicios o hábitos, para emprender nuevas acciones. Si la "solución no
es efectiva, hay que cambiarla".
5) Humor: La capacidad de ver lo cómico en lo trágico es indispensable
para no dejarse llevar por sentimientos extremos (agresión, tristeza, etc)...
La risa, remedio infalible.
7) Actividades creativas: Dedicar tiempo a formas creativas y
constructivas como el juego, la escritura, dibujo, arte, expresión musical, que
son expresiones que permiten la sublimación de emociones que sirve de
aliviadero a emociones negativas.
FUENTE: DR. PEDRO
DELGADO Médico Psiquiatra, para EL UNIVERSAL-Venezuela, miércoles 12 de marzo de 2014