Ahora, un
casco que envía impulsos electromagnéticos ha demostrado ser prometedor, según
un estudio hecho en Dinamarca y publicado en la revista Acta Neuropsychiatrica.
La clave
está en que el nuevo dispositivo ataca a las células de la sangre que no
funcionan bien en el cerebro.
En
pruebas clínicas, dos tercios de los voluntarios informaron que sus síntomas
desaparecieron y que tras una semana las mejoras en el estado de ánimo eran
notables.
El casco se probó en 65 pacientes resistentes a los actuales tratamientos
para la depresión.
En los
ensayos realizados por el Departamento de Medicina Celular y Molecular de la
Universidad de Copenhague y el Centro de Psiquiatría de North Zealand.
Los
pacientes continuaron tomando su medicación durante las ocho semanas de
la prueba.
“Increíble”
“Se
estaban sintiendo bien, estaban funcionando bien, pudieron volver a trabajar”,
cuenta Birgit Straaso, jefa médico en Hillerod.
“El casco
es increíble”, dice por su parte Annemette Ovlisen, artista gráfico que durante
16 años sufre de depresión recurrente y participó en la prueba.
“Es como
si se hubiera levantado la neblina. Es como si alguien hubiera apretado el
botón de reinicio”.
De las cientos de millones de personas que sufren de depresión en todo el mundo, cerca del 30% no responde a la medicación o las terapias psicológicas. |
La
mayoría de los pacientes del ensayo dijeron que los síntomas de la depresión
desaparecieron tras el uso del casco.
El
dispositivo cuenta con siete bobinas que suministran una dosis de campos
electromagnéticos pulsátiles transcraneal (T-PEMF) a los tejidos del cerebro.
Los
impulsos son tan pequeños que el paciente no puede detectar ninguna sensación,
y el único efecto secundario hasta ahora es una pequeña y ocasional náusea que
desaparece inmediatamente después del tratamiento.
El
profesor Steen Dissing, de la Facultad de Ciencias para la Salud de Copenhague,
es el principal arquitecto del casco. “Imita los campos eléctricos en el
cerebro y activa el mecanismo de curación del cuerpo“.
Los
impulsos activan los capilares del cerebro, que forman nuevos vasos sanguíneos
y secretan las hormonas del crecimiento.
“Creemos
que la razón por la que funciona tan bien es porque imitamos los signos
eléctricos que van al cerebro y descubrimos que estas señales se comunican
con los vasos sanguíneos”, explica Dissing. “Y los vasos sanguíneos se
comunican con el tejido de la sangre. Descubrimos esa vía de comunicación”.
En la
prueba, 34 pacientes recibieron media hora de T-PEMF una vez al día, y 31
pacientes tuvieron dos dosis al día por la misma cantidad de tiempo.
Los
especialistas también descubrieron que el tratamiento tenía el beneficio
añadido de mejorar la tolerancia de los pacientes hacia los fármacos
antidepresivos.
Actualmente
están solicitando permiso a la Unión Europea para empezar a comercializar el
casco en cuestión de un año, pues consideran que el potencial de demanda es
enorme.
Incremento de tasa de depresión
El profesor Steen Dissing señala que el casco activa los mecanismos de curación del cuerpo. |
Según la organización Mundial de la Salud, más de 350 millones de personas sufren de
depresión y la cifra está en aumento. Especialmente entre las personas
mayores, donde uno de cada cinco sucumbe.
Cuando se
vuelve crónica, la depresión puede llevar a al suicidio, y eso ocurre en un
millón de personas al año.
“Es un
desarrollo tan importante como excitante pues demuestra que el tratamiento
funciona en un nivel aceptable de eficacia y tiene pocos efectos secundarios”,
señala.
El especialista agregó que un tratamiento parecido, Estimulación Magnética Transcraneal (TMS), también ha demostrado ser efectivo para la depresión, pero no mucho más que los antidepresivos.
“Las
mujeres embarazadas y las madres que dan al pecho que no pueden tomar fármacos
pueden encontrar este tratamiento más aceptable, pues utiliza y administra
menos electricidad que la TMS”, agregó. “La otra razón por la cual el nuevo
tratamiento es teóricamente interesante es que la persona se lo
administra sola, la TMS no”.
Sustituto de TEC
El
profesor Dissing cree que el casco básicamente puede remplazar las
controversial terapia electroconvulsiva (TEC), que desde los años 40 se utiliza
para tratar los casos más severos de depresión.
Otros científicos en Dinamarca probarán este casco en pacientes de Parkinson. |
Los
pacientes de TEC son sedados antes de ser amarrados y sometidos a una dosis
de corriente que genera convulsiones que duran de 20 a 50 segundos.
Algunos
psiquiatras consideran que el TEC salva vidas, mientras que sus detractores
deploran los efectos secundarios como la pérdida de la memoria y, en algunos
casos extremos, cambios de personalidad.
El casco danés utiliza una tecnología completamente distinta al TEC y,
según el profesor Dissing, no debería compararse.
Colegas
de la Universidad de Odense, en el sur de Dinamarca, están tan impresionados
con esta invención que este mes realizan un experimento para determinar si el
T-PEMF puede tener un impacto positivo en la enfermedad degenerativa de
Parkinson.
Se espera
que los pacientes vean una mejora de los síntomas como rigidez de las
extremidades y temblores.
Por: Malcolm Brabant / BBC Mundo / Fotos: BBC Mundo
Mentes Exemtus pregunta: ¿Cual es el porcentaje de confiabilidad y validez en estas pruebas? ¿Pueden ser producto de un efecto placebo? ¿qué posiblidades hay de que el casco no se vuelva un elemento adictivo por parte del paciente?
ResponderEliminarBuenas noches Mr. Dark
EliminarEs una herramienta o producto que está en proceso de investigación. Se deben de realizar pruebas/investigaciones con grupos de pacientes más numeroso para ratificar resultados. Es una noticia de la BBC, lo publicamos para divulgar todos los esfuerzos que se están haciendo para encontrar diferentes alternativas de tratamiento no farmacológico de una enfermedad con alta prevalencia a nivel mundial como la depresión.
Al igual que con el tratamiento de antidepresivos el efecto placebo hay que tenerlo en cuenta pero difícil de demostrar. En cuanto a la adicción, creemos que ese dispositivo, en caso de que se comercialice, estará siempre bajo la supervisión de especialistas y éste decidirá número de sesiones y/u horas, intervalos, duración, etc.