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martes, 20 de agosto de 2013

El niño acosado en la escuela. Signos y Síntomas de la Depresión Causada por Bullying.

Como padres debemos saber cuáles son aquellos sentimientos y emociones que hacen que nuestros hijos por alguna u otra razón estén presentando síntomas de depresión. Y mucho más aún cuando son causados o generados por bullying o acoso escolar.

Tengamos en cuenta que la depresión en los adolescentes se presenta cuando pasado de la etapa de niños a hombres y de niñas a mujeres, estas situaciones de ansiedad coexisten con problemas de ansiedad, de identidad de género.

Te daremos los síntomas claves cuando un joven está teniendo síntomas de depresión causado u originado por bullying. Ten en cuenta que cuando se está pasando por una situación de bullying, los jóvenes se encuentran débiles y con su autoestima muy debilitada, sin capacidad de reaccionar ante su agresor. Cada día que pasa será más difícil para enfrentar la situación, no tendrá las armas para luchar contra ellos. Y al contrario las armas de su agresor crecerán cada día más y más.

De ahí la importancia de aprender a detectar estos signos y síntomas que te mostrarán con asertividad lo que les está pasando y tu podrás prestarle la ayuda necesaria y conveniente.

1. Presta atención cuando Tu hijo comience a demostrar sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío.
2. Cuando presente sentimientos de desesperanza y/o pesimismo.
3. También puede presentar sentimientos de inutilidad, y/o impotencia e inquietud.
4. Mostrarán pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba y en los juegos que participaba. Los niños y jóvenes estarán bajos de energía y con exceso de fatiga.
5. Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones
6. Insomnio, despertar muy temprano, o empezarán a dormir demasiado
7. Comer excesivamente o perder el apetito
8. Es muy probable que presenten sentimientos e ideas suicidas o intentos de suicidio.
9. Dolores y malestares persistentes, tanto como dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.


Un niño con depresión puede fingir estar enfermo, negarse a ir a la escuela, aferrarse a un padre, o preocuparse de que uno de sus padres pueda morir. Los niños mayores pueden estar de mal humor, meterse en problemas en la escuela, ser negativos e irritables, y sentirse incomprendidos. 

Como estas señales pueden percibirse como cambios de ánimo normales típicos de los niños mientras avanzan por las etapas del desarrollo, puede ser difícil diagnosticar con exactitud que una persona joven padece depresión.

Si haz identificado por lo menos uno de estos síntomas de alerta, debes ponerte inmediatamente en la ardua tarea de empezar a tomar acción sobre las cosas que en adelante harás con tu hijo día a día, cuando la depresión es ocasionada por el fenómeno del bullying.

1. Comienza a practicar actividades o ejercicios físicos moderados. Apoya a tu hijo para que practique un deporte que le llame la atención, o a algún otro evento o actividad que solía disfrutar. Igualmente que participe en actividades religiosas.
2. Ponle metas realistas a tus hijos, metas que pueda cumplir , donde se dividan las grandes tareas en pequeñas tareas .
3. Procura que Tu hijo pase tiempo con otras personas. Con amigos y adultos a los cuales les tenga confianza.
4. Espera que su ánimo mejore poco a poco y no de inmediato. No espere salir de su depresión con un “abrir y cerrar de ojos”. Frecuentemente, durante el tratamiento de la depresión, el sueño y el apetito comenzarán a mejorar antes de que su estado de ánimo deprimido desaparezca.
5. Recuerda que los pensamientos positivos reemplazarán los pensamientos negativos a medida que la depresión responda al tratamiento.

Te invitamos a que todos los días observes a tu hijo comiences a interpretar sus reacciones, sus comportamientos, sus estados de ánimo; así podrás tomar acciones tendientes a detener las señales de impotencia, de frustración y de dolor que se generan al atravesar una situación de bullying o acoso escolar.

Fuente: padresexpertos.com/blog/





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